"Filebo", seudónimo de Luis Sanchez Latorre. Presidente de la sociedad de escritores de Chile |
Luis Sánchez Latorre, Filebo (1925-2007)
Historias de Victoriano: A pesar de ser hombre de excelente humor, a
Victoriano Reyes Covarrubias le dio en su época por tomar el periodismo en
serio.
¿Recuerda usted la versión de Billy Wilder del filme “Primera plana”, con Jack
Lemmon, Walter Matthau y Carol Burnett? Pues bien, en los clásicos años
treinta, aparecen por primera vez los periodistas disfrazados de periodistas, y
no lo son. Con exactitud, Victoriano Reyes Covarrubias era periodista y tenía
aspecto de tal. No era falso su disfraz.
Recordaba el maestro mexicano Alfonso Reyes (Alfonso Reyes Ochoa, para los que
todavía ignoran su apellido materno) que se había comprado un traje llamado de
“corte cazador”. Presa de gran entusiasmo, se le ocurrió ir al campo con esta
indumentaria. Una vez allí, consultó acerca de algo a un labriego. Éste, muy
amable, le preguntó al escritor qué profesión tenía. Alfonso Reyes no la
ocultó:
-Escritor.
Y el comentario del campesino:
-Ese traje le debe de resultar bien cómodo para lo que usted hace.
Para completar su atuendo, a Victoriano Reyes Covarrubias no le faltaba ni la compañía de la espléndida cachimba de espuma de mar quemando un aromoso tabaco. En verano usaba unas ropas claras, frescas, y unos zapatos de dos colores que simulaban la presentación de las antiguas polainas. Canoso prematuro, nada inclinado a la calvicie, le gustaba llevar el corte de pelo con tendencia al cepillo. Cuadraba este corte con su cara en forma de rectángulo.
Con exactitud, Victoriano Reyes Covarrubias era periodista y tenía aspecto de tal. No era falso su disfraz. |
Victoriano Reyes Covarrubias. |
Escribía y hablaba el inglés con la expedición de un verdadero “gringo”. Dejó
el cuarto año de medicina para abrir cauce a su vocación de perdiguero de las
noticias. En la radio, con su animación personal, puso en boga “La marcha del
tiempo”, una suerte de original caleidoscopio de lo que estaba sucediendo en el
mundo. En este sentido, fue un adelantado de la globalización que hoy se
extiende como epidemia por todo el planeta.
Desde luego, era culto (erudito en informaciones) y conocía a todo el mundo. Su
pluma -o, mejor, su máquina de escribir- se sentía siempre tocada por temas
apasionantes y sabrosos. De él recuerdo entrevistas inolvidables a Gabriel
González Videla, a Hernán Díaz Arrieta, a Raúl Silva Castro, a Miguel Serrano.
A menudo ilustraba sus amenas crónicas con seductores dibujos de creación
propia. De más está decir que un artículo de Victoriano Reyes Covarrubias era
tanto o más entretenido que uno de Soiza Reilly o de Ramón Gómez de la Serna.
Tenía el don de la sonrisa. Para abrochar su bagaje de periodista completo,
sabía tocar el violín. Y no “por un sorbo de alcohol y un puñado de tabaco”.
Con el ejercicio de esta docencia pública, dio lustre a una sufrida e
incomprendida profesión.
Recopilación de: Alejandro Glade R.
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