domingo, 26 de diciembre de 2021

Vino Corriente

 



    El choque fue tan recio que el cargamento de vino quedó hecho añicos en el pavimento. El líquido rubí corrió libre por la cuneta hasta la garganta enrejada de la esquina para desaparecer irremediablemente.

El drama vinícola sembró la pena entre muchos transeúntes.

- ¡Qué lástima que el vino se pierda así! - exclamaban.

Pero otros, antialcohólicos, sin duda, sonreían satisfechos ante el traspié espectacular dado por Baco.

La moderación es la norma clásica en el consumo del vino. Más allá está el vicio, el grosero camino de la idiotez. Esto es lo que surge al momento cuando se ve un incidente callejero de vino corriente… y también, por asociación, algo más.

El ministro de Economía. Erhard, de la Alemania occidental, nos decía en su reciente visita que el rubro de vinos en su país en importante, como que Bonn, la capital federal, fue elegida como tal por estar enclavada en el centro de una zona de viñedos. Pero allí se bebe bueno y no en exceso. Y es curioso cómo las bebidas en Alemania han tenido influencia en los gobiernos. A la Alemania de Guillermo II le fue mal con el aguardiente prusiano. A la de Hitler le fue peor con la cerveza de Munich. Pero es de esperar que a la Alemania de Adenauer y Erhard le vaya bien con el vino…

Aquí en Chile nos ha ido bien con el vino en cuanto a entradas aduaneras y hay hasta un dólar vinero, pero nos falta mucha disciplina en el beber. Son muy pocos los que quieren adherir de corazón – más bien de hígado - a la legión de los antialcohólicos, pues se defiende sin diferencia el consumo de la pitarrilla como el mas noble de los mostos. El vino “siete tiritones” es el que más se consume, porque se ha perdido el paladar… ¿No tendrá esto influencia en los destinos del país?

No sabemos si a los economistas alemanes que piensan traer a Chile para que arreglen las finanzas se les ocurrirá cambiar la capital a una zona de viñedos. Si tal cosa se hiciera, se ganaría en la calidad de la bebida, porque evitaría la descomposición del viaje, aunque dicen que los vinos viajados son mejores…No podemos negar que aquí en Santiago los alquimistas abundan: transforman los mejores caldos en pócimas mortales. Además, se ganaría mucho por aquello de que beber buen vino y en dosis moderadas trae inteligencia, pues no hay filósofo alemán que no haya elegido el vino de calidad, dejando sin mencionar la rubia cerveza muy a disgusto del rey Gambrinus.

En una reciente exposición se dijo a los cuatro vientos que la uva poseía el oro del sol, la riqueza no igualada, y que por transformación en bebida roja o dorada engendraba viveza y hacía correr las ideas. Eso sí que, con exceso, sin disciplina, las ideas se van por el resumidero como el vino que se perdió en la calle…



Recopilación de: Alejandro Glade Reyes / Escrito por: Victoriano Reyes Covarrubias.

 




 

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