Maria Montessori Stoppani |
El sistema de la Montessori
incluye, entre otras cosas la enseñanza de la escritura por el tacto antes que
por la vista, pues los niños aprenden a escribir dirigiendo su dedo en el
sentido de la escritura, por el borde de las letras en relieve y repiten el
ejercicio con los ojos cerrados. Todos los que se interesan en la enseñanza
deben también palpar los contornos de la obra montessoriana que abarca la sala
de clases y el hogar. Y con los ojos
cerrados también pueden repetir el lema de “el niño, factor principal de su
propia educación”.
Fue un sistema revolucionario. En
Europa y América hay escuelas inspiradas en su “Método de la Pedagogía
Científica”, convencidas de que la educación es arte y ciencia, sobre todo en
el descubrimiento de los primeros
hábitos para marcar nuevos rumbos en la obra de educación.
La doctora Montessori, a través
de toda su obra, tuvo un instinto maternal único, lo que le sirvió mucho para
sondear inequívocamente los problemas
infantiles. Este instinto no puede eliminarse, aunque se diga en esta época de
materiales plásticos que un autómata, con barniz de piel, puede albergar ese
instinto sintético. El sentido verdaderamente humano la compresión individual,
para extenderla luego en el plano colectivo, es lo básico en la enseñanza de los
niños. María Montessori sostuvo hasta su
muerte, que la enseñanza no es la aplicación de una teoría más o menos bien razonada,
sino “un arte que se inspira constantemente en muchas ciencias a la vez”. Si
esas ciencias progresan también debe progresar el método de enseñanza. Las “herramientas”
intelectuales de esta doctora y maestra fueron la antropología y la pedagogía
psicológica.
La obra montessoriana está constituida
por métodos instructivos y educativos; material de enseñanza y la libertad del
alumno, como principio fundamental. Es posible que esto sea combatido desde
ciertas trincheras pedagógicas, pero en el mundo está encendida, desde hace
tiempo una brillante luz, un desvelo para auscultar, con miras constructivas,
el alma de los niños en su primera enseñanza.
Recopilación por: Alejandro Glade R.
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