V.R.C. |
Pasaron los tiempos del puño tieso que servía de ayuda-memoria en los exámenes. La artimaña del papel salvador prendido detrás de la corbata flotante, también ha caído en desuso. El acto de “soplar” como un consueta de teatro ha resultado más que peligroso, ya que el silencio prima en las pruebas. Pero existe el “torpedo”, el papel escrito que los estudiantes se arrojan unos a otros para cometer fraude en los exámenes.
El “torpedo” era muy usado en la
Escuela Naval nuestra en tiempos ya pasados. Hay ex marinos, que han pasado de
maduros, que recuerdan los disparos para los cuales se adiestraban en las horas
libres a fin de tener buena puntería y agilidad para atrapar el “torpedo” con
los datos maravillosos, que se lanzaba velozmente a espaldas del profesor.
En esto de los fraudes en los
exámenes se ha llegado en otras partes hasta el extremo de utilizar
transmisores de radio que operan en combinación con los receptores diminutos de
los estudiantes en apuros.
En la Escuela de Medicina se
recurría hace algún tiempo al colodión, para presentar fraudulentamente algunas
preparaciones de músculos al ayudante de anatomía. No sabemos si todavía alguien
utiliza ese método, pero sin duda, el colodión no ha perdido su propiedad de
simular la aponeurosis intacta. Eso si que como la artimaña es antigua, los
ayudantes también poseen sus métodos para descubrirla a la primera mirada. Y
así, en tantas otras circunstancias, los estudiantes de diversos estudios, aún
los más fáciles, se valen de fraudes para salir adelante. Pero son los menos,
los que no quieren sacrificarse en el estudio, los que tienen un concepto
peregrino del saber…
En los planteles universitarios
en las escuelas secundarias y, en general, en todos los exámenes siempre hay
ejemplares amigos del fraude. Y éste no es un fenómeno de un país en
particular. Recién el cable nos ha traído la noticia de noventa cadetes
expulsados de West Point por lo mismo, y es tan grave el asunto que se ha
recurrido al Presidente Truman y a la investigación parlamentaria. En 1939 en
Estados Unidos hubo otro escándalo parecido a raíz de los “prostíbulos intelectuales”
que funcionaban frente a la Universidad de Harvard. Se hizo una denuncia en
contra de la venta de exámenes escritos, de tesis completas con precio
comercial y de “tutelaje”, lo que a la postre era aprovechado por un grupo de “estudiantes
cómodos”.
En nuestro país está muy difundido el “torpedo”,
que es un fraude cometido entre los estudiantes mismos. Cuando intervienen
personas ajenas al colegio, entonces el “torpedo” toma otro nombre, que también tiene que ver algo con
las armas de los “exámenes”, el “paracaidista”, o sea, el re comendador y el
descubridor de las preguntas con la debida anticipación.
Recopilación por: Alejandro Glade
R.
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