miércoles, 23 de septiembre de 2015

Torpedos de papel


V.R.C.
    

    Pasaron los tiempos del puño  tieso que servía de ayuda-memoria en los exámenes. La artimaña del papel salvador prendido detrás de la corbata flotante, también ha caído en desuso. El acto de “soplar” como un consueta de teatro ha resultado más que peligroso, ya que el silencio prima en las pruebas. Pero existe el “torpedo”, el papel escrito que los estudiantes se arrojan unos a otros para  cometer fraude en los exámenes.

El “torpedo” era muy usado en la Escuela Naval nuestra en tiempos ya pasados. Hay ex marinos, que han pasado de maduros, que recuerdan los disparos para los cuales se adiestraban en las horas libres a fin de tener buena puntería y agilidad para atrapar el “torpedo” con los datos maravillosos, que se lanzaba velozmente a espaldas del profesor.


En esto de los fraudes en los exámenes se ha llegado en otras partes hasta el extremo de utilizar transmisores de radio que operan en combinación con los receptores diminutos de los estudiantes en apuros.

En la Escuela de Medicina se recurría hace algún tiempo al colodión, para presentar fraudulentamente algunas preparaciones de músculos al ayudante de anatomía. No sabemos si todavía alguien utiliza ese método, pero sin duda, el colodión no ha perdido su propiedad de simular la aponeurosis intacta. Eso si que como la artimaña es antigua, los ayudantes también poseen sus métodos para descubrirla a la primera mirada. Y así, en tantas otras circunstancias, los estudiantes de diversos estudios, aún los más fáciles, se valen de fraudes para salir adelante. Pero son los menos, los que no quieren sacrificarse en el estudio, los que tienen un concepto peregrino del saber…

En los planteles universitarios en las escuelas secundarias y, en general, en todos los exámenes siempre hay ejemplares amigos del fraude. Y éste no es un fenómeno de un país en particular. Recién el cable nos ha traído la noticia de noventa cadetes expulsados de West Point por lo mismo, y es tan grave el asunto que se ha recurrido al Presidente Truman y a la investigación parlamentaria. En 1939 en Estados Unidos hubo otro escándalo parecido a raíz de los “prostíbulos intelectuales” que funcionaban frente a la Universidad de Harvard. Se hizo una denuncia en contra de la venta de exámenes escritos, de tesis completas con precio comercial y de “tutelaje”, lo que a la postre era aprovechado por un grupo de “estudiantes cómodos”.

 En nuestro país está muy difundido el “torpedo”, que es un fraude cometido entre los estudiantes mismos. Cuando intervienen personas ajenas al colegio, entonces el “torpedo” toma otro  nombre, que también tiene que ver algo con las armas de los “exámenes”, el “paracaidista”, o sea, el re comendador y el descubridor de las preguntas con la debida anticipación.



Recopilación por: Alejandro Glade R.





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