miércoles, 2 de septiembre de 2015

Reajuste Psicológico


V.R.C.

Durante los últimos cincuenta años el hombre y su mundo han sufrido grandes cambios. Esto ha producido confusión y desconcierto, aunque aparentemente se observe un andar acompasado y una calma en el hablar. La procesión por dentro lleva muchos estandartes...

Cada día que pasa un mayor número de personas acude a los médicos psiquiatras para lograr una solución de sus problemas. Y se les consulta no sólo por temor a una camisa de fuerza.

El fenómeno es mundial, porque no hay país al margen de la evolución, salvo algunos contados parajes aislados que no tardarán en caer en la línea.

La desaparición de la casa familiar, es decir, la casa grande en que viven tres o cuatro generaciones simultáneamente; el debilitamiento del espíritu religioso y la nueva actitud de la mujer frente al hombre, son causales de trance por el cual  se pasa con grandes dificultades. Si cayera un hombre de Marte – libre de prejuicios terrenos  -  vería  al momento que la mujer, privada de sus prerrogativas que la presentaban como un ser delicado, busca retribución en un frenesí de agresiones y frustraciones. La mujer de hoy se ha sentido lastimada con la igualdad del tipo que conocemos, por lo tanto no es preciso volver a des agradables posiciones de antaño, sino reajustar psicológicamente la situación y suavizar la aspereza creada por los modernos métodos de  vida.

Por razones obvias, la casa para el familión es imposible en estos tiempos. Primero, cuesta caro, y luego, la tendencia de “cada uno para su santo”, desparrama la familia. La mesa clásica, junto a la cual se reunían todos, no existe, porque los horarios y los compromisos son diferentes; las ambiciones dispares y cada miembro de la familia quiere “vivir su vida”. Esto produce preocupación y, por ende, un inevitable quebrantamiento nervioso.

La “batalla de los sexos”, es decir, la lucha de la igualdad de la mujer frente al hombre, también tiene muchas bajas. En la trinchera, antes de entrar en batalla, los nervios se crispan y el abatimiento invade. Después del combate, visto todo con honradez, no hay vencedores ni vencidos, aunque el campo haya sido arrasado por la metralla y las bombas. Los resultados, cualesquiera que sean, son aparentes.

El nexo religioso, que antes unía familiarmente, ha sido dejado de mano, para ser reemplazado por otros intereses carentes de espiritualidad. Esto lo decimos porque hasta los mincoplos de la isla Andamán vuelven los ojos al cielo cuando están en apuros.

Y es evidente, que si en esa isla hubiese un psiquiatra, los isleños llenarían su clínica, pidiendo la receta para arreglar sus males. La época, sin duda, necesita tratamiento, porque si sigue así, está condenada a un rotundo fracaso nervioso….



Recopilación por: Alejandro Glade R.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las joyas de Goethe

 Por: Victoriano Reyes Covarrubias. Victoriano Reyes C. Las joyas que regaló Goethe no fueron sólo como el anillo de Carlota Buff, la heroín...